(Perú 21, 17 Nov 2002)
Rafael Rey Rey
“Perú 21” me pide escribir sobre la Lima del futuro. Como no soy demagogo, me limitaré a recrear el pasado lejano y partiendo del presente, proyectar dos posibilidades.
18 de Enero de 1535. Nicolás de Ribera el Viejo asume la alcaldía, que acaba de fundar Pizarro. Los vecinos, los fundadores, se dividen los solares en manzanas. El diseño urbanístico promete armonía de conjunto.
18 de Enero de 2003. Luis Castañeda, el candidato cuyo símbolo es el mapa del Perú, ya asumió la Municipalidad Metropolitana de Lima. Hereda de su antecesor graves problemas de corrupción, de transparencia, de seguridad, de tránsito y de salud, de conflictos laborales y humanos, en un clima de claroscuros entre el desaliento y la esperanza de la población. El nuevo alcalde se pone a trabajar con ahínco.
18 de Enero de 2007. Luis Castañeda rinde cuentas de su gestión. No hay escándalos de corrupción ni denuncias fundadas. Al contrario, Lima luce ahora con una estructura integral de tránsito. No hay basura en las calles. Ha funcionado el plan de postas médicas con promotores de salud y medicinas genéricas. Gracias a la coordinación entre la Policía Nacional y el serenazgo, la seguridad ya no es un problema grave. Los distritos más pobres han merecido la atención del alcalde, tienen ahora menos problemas y se sienten parte de la capital. Las veredas y pistas han sido restauradas y construidas. Ya nadie puede romper las calles a su antojo, el alcalde tiene autoridad y sabe ejercitarla con justicia. La gente acude al municipio lo hace contenta, sabiendo que será atendida con cordialidad, eficiencia y profesionalismo. Que encontrará respuesta positiva a sus consultas y reclamos o fundadas razones que justifiquen una negativa.
Lima tiene, ahora sí, mejor calidad de vida. Es, otra vez, atractiva para el turismo.
18 de Enero de 2021.
Alternativa 1. A partir del 2007, han gobernado improvisados que se reparten el botín como piratas. Los limeños hemos elegido mal. Las administraciones se han sucedido, alternándose entre demagogos y políticos corruptos. La gente, les cree en la campaña electoral y se desengaña, cuando se encuentra con el desgobierno. Ya no es Lima la fea ni Lima la horrible, sino Lima la insufrible, la espantosa. Los limeños se van. El pesimismo domina la ciudad. Qué pena!
Alternativa 2. Se han sucedido administraciones responsables entre ellas, alternativamente, Unidad Nacional. La proyección del gobierno municipal iniciado el año 2003 ha dado sus frutos. ¡Lima es otra vez la gran ciudad que nunca debió dejar de ser! Sus edificios, sus parques, sus avenidas, su sistema de protección y de transporte, son el orgullo de los limeños. La corrupción administrativa del municipio es cosa del pasado. Se ha ganado en calidad de vida, en espíritu de servicio, en honestidad de las autoridades, en cortesía, en educación, cultura y respeto en las relaciones humanas y en el cuidado del medio ambiente. Con verdadera solidaridad, y en cumplimiento del principio de subsidiariedad, el Gobierno Central ha impulsado la eficiencia de los gobiernos locales. Las provincias han imitado el buen ejemplo de Lima. Hemos madurado, y esa escuela de democracia política que es la Municipalidad, desde el 2003, ha dado sus frutos en el bicentenario de la independencia nacional. ¡Viva el Perú! ¡Viva Lima! ¡Viva la honestidad!.