(2003)
Rafael Rey Rey
Valentín Paniagua es un sobreviviente de la generación que irrumpió en la política nacional en 1956, cuando el Parlamento tuvo una minoría brillante de críticos al gobierno del presidente Manuel Prado. Se inició en la Democracia Cristiana, se pasó después a Acción Popular. Fue ministro de Estado con el presidente Fernando Belaunde Terry. Parlamentario tranquilo y sosegado, era el candidato natural a la presidencia del Congreso y, consecuentemente, a la presidencia provisional de la República, cuando se produce la crisis que trajo como consecuencia la caída de Alberto Fujimori, como todos sabemos.
Terminado el gobierno provisional y fallecido Fernando Belaunde Terry, Paniagua surge como el presidente de Acción Popular. Ocupa un lugar expectante en las simpatías que reseñan las encuestas. Pero, siempre hay un “pero”, que esta vez se ha graficado mediante un mensaje que he recibido estos días por correo electrónico, que utiliza una conocida fábula para transmitir su moraleja.
“Era una vez un escorpión que quería cruzar el río y todas las ranas corrieron… Sólo la rana Paniagua –con perdón por la metáfora que no pretende ofender- escuchó al escorpión. El escorpión le pidió que lo transportara… No, dijo la rana Paniagua… si lo hago, me picarás. El escorpión respondió: ¡Pero si sabes que somos ahora democráticos como tú, ¿cómo haríamos eso?, no tiene lógica; además, los dos moriríamos ahogados! Nuestra rana Paniagua se dejó convencer y permitió que el escorpión se subiera en su espalda para cruzar el río… y luego la rana Paniagua comenzó a nadar con el escorpión en su espalda. ¡¡¡Te va a picar!!!, gritaban nerviosas las otras ranas… y corrían de un lado a otro. La rana Paniagua, finalmente, sintió el picotón… y moribunda decía: ¡pero los dos moriremos!, ¿qué pasó?… Es mi naturaleza, dijo el escorpión… Los sapitos vieron cómo agonizaba y se hundía, cuando descubrieron que el escorpión tenía la camiseta de la CVR… El alma solitaria de la rana Paniagua exclamó entonces: ¡¡¡Rojos, para qué les di piso!!!… La multitud cambió su grito: ¡No a la impunidad!
Moraleja: nunca creas las promesas de un izquierdista, aunque sea reciclado.”
La fábula, aplicada a Valentín Paniagua, refleja el sentimiento de muchos electores peruanos, que evalúan el gobierno provisional como un régimen caracterizado por haberse convertido en el Caballo de Troya de los políticos marxistas que no renuncian a viejas fórmulas para tomar el poder. Una dialéctica de desprestigio de cuanto pueda significar el pasado de sus competidores, para crear un vacío manejable en beneficio propio.
No le hace bien esa imagen al ex presidente acciopopulista ni mucho menos, por supuesto, a Acción Popular, de por sí alicaído. Pero fue en su gobierno donde se creó la CVR y fue él quien eligió a los miembros que la componen, hoy desautorizados por sus antecedentes de dudosa neutralidad ante los movimientos terroristas y de conocida fobia hacia las Fuerzas Armadas.
Tanto más cuando que ahora la postura de Valentín Paniagua frente a la CVR es ambivalente.