(2003)
Rafael Rey Rey
Qué urgente resulta elevar el nivel ético de los medios de comunicación. Para que, al menos en cuanto a los hechos, sean objetivos, y que informen con rectitud y veracidad. Es decir con responsabilidad.
Al ocupar posiciones claves en la comunicación masiva, los periodistas tienen mayor responsabilidad en la información de la sociedad.
La ética debe inspirar todo mensaje periodístico, para evitar la amoralidad, o la inmoralidad.
Cuando el periodista se deja llevar por el sentimentalismo, por las simpatías personales, o por la ideología al informar, desinforma, manipula
Con razón Rafael Serrano observa que “por una parte, se sigue utilizando el lenguaje moral clásico, con sus nociones de bien y mal, deber y ley; y por otro lado, se admite implícitamente una teoría moral en la que semejantes conceptos no tienen justificación”.
Pues bien, los ex comandantes generales de las Fuerzas Armadas, se han visto obligados a publicar un pronunciamiento al pueblo peruano, -como aviso pagado-, sobre el Informe Final de la CVR, seguido al día siguiente, por otro, de la Asociación de Oficiales Generales y Almirantes. Los medios no les han dado suficiente cabida para exponer su punto de vista, esencial en el tema de la materia tratada por la CVR.
Ellos dicen, entre otras cosas, que “…el Informe final presenta un sesgo notable no solamente en el análisis, sino también en sus conclusiones y formas externas de manifestarse” (n. 5). Y, la ADOGEN, “rechaza con firmeza aquellas aseveraciones del informe final que atribuyen carácter general y sistemático a las acciones reprobables”, porque así el informe final constituye “un acto inconsecuente con instituciones de la nación a las que se debe reconocimiento y gratitud.”
Parte considerable del periodismo peruano no ha hecho eco de estos pronunciamientos, sino que se ha limitado a callar, en una conjura de silencio, porque sabe que un diálogo sincero y respetuoso sobre esas observaciones daría mucha luz sobre la intencionalidad tendenciosa de la CVR. Algunos se han atrevido a intentar desautorizar a los generales firmantes, comentando que no deben haber leído bien el Informe Final, lo que es, por decir lo menos, un argumento pueril.
La verdad verdadera y simple es que ni el Informe Final de la CVR, ni en los nueve volúmenes del informe completo, ni en el discurso de su presidente, Salomón Lerner, se le hace justicia a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional. Una razón más para tener mucho cuidado cuando se trata de interpretar la vida de la sociedad peruana de los últimos veinte años a tenor de las opiniones personales y subjetivas de los comisionados.