(2003)

Rafael Rey Rey

Parecemos incapaces de tomar decisiones en función de las perspectivas de largo plazo. Esta incapacidad se traduce en una impaciencia por ver resultados inmediatos en todo y para todo. Los deportistas no entrenan con suficiente anticipación, y siempre terminan afectados por su mal estado físico; los consumidores con ciertos recursos tienden a gastar todos sus ingresos y enfrentan problemas por la falta de ahorro; los estudiantes tienden a abandonar las aulas en un alto porcentaje y muchos tienden a abandonar el país.

Es bueno tener presente que el único lugar donde el “éxito” está antes que el “trabajo” es en el diccionario. En nuestro país, al igual que en el resto del mundo, el éxito y los buenos resultados vienen luego del trabajo, del esfuerzo y de la constancia. Hasta que no entendamos eso, hasta que no dejemos de actuar en términos cortoplacistas, seremos un país sin futuro.

Lo más dramático es que los gobernantes son los principales responsables de este comportamiento. No sólo porque no se incentiva el ahorro, ni porque se gobierne en función de las encuestas; sino porque las mismas decisiones del gobierno se orientan hacia resultados cortoplacistas. Dos ejemplos.

Educación. El gasto (inversión en realidad) en educación como porcentaje del Producto Bruto Interno en el Perú, se encuentra entre los más bajos de la región. Se prefiere el gasto con resultados inmediatos, que se puedan mostrar por TV. ¿Cuál ha sido el resultado de esta política? El Perú disputa, con singular éxito, los últimos lugares en cuanto a rendimiento escolar en América Latina. Hemos hipotecado nuestro futuro como país, al decidir no invertir en capital humano.

Banca. En la nueva reforma tributaria se contempla el contabilizar como renta tributable el dinero que los bancos inmovilizan para reponer las potenciales pérdidas por préstamos que pueden en el futuro no devolverse por problemas de las empresas. Este no es un dinero que los bancos están distribuyendo a los accionistas o retirando del banco, es un dinero inmovilizado para hacer frente a contingencias futuras. Pero a la Sunat le interesa aumentar la recaudación. Lo paradójico es que estamos creando las condiciones para que los bancos, que ahora gozan de solidez y un alto grado de cobertura, comiencen a reducir las provisiones y empiecen a debilitarse. Arriesgandonos a que la próxima crisis económica encuentre a los bancos mal coberturados y el gobierno tenga que salir a rescatar a los bancos masivamente. Por pensar en el sol que recaudan hoy, no se avisoran los miles de soles que tendremos que poner en el futuro.
En el modelo español, donde la Sunat está alineada con la SBS y la banca aprovecha esa ventaja para estar sobreprovisonada, es decir con mucha solidez lo cual le permite expansionarse mundialmente y estar considerada como una de las tres mejores del mundo. En el modelo italiano, donde la Sunat y la SBS caminan por su lado, la banca está poco provisionada y tiene dificultades para expandirse.
Esperemos que no prospere la iniciativa de la Sunat y no nos cueste más el collar que el perro.
La visión de corto plazo, tal vez esté motivada por las expectativas, también de corto plazo, de la permanencia de los ministros en sus cargos.