Rafael Rey Rey
Ministro de Defensa
La ONG Instituto de Defensa Legal (IDL), que recibe millonarias subvenciones internacionales basadas en una supuesta imparcialidad política, se ha convertido no sólo en un actor político sino en un mecanismo de presión mediática y lamentablemente en un instrumento de difamación y calumnia contra los que no son de su simpatía.
Un reciente artículo publicado en su revistaideele hace precisamente eso, difamarme y calumniarme. No es la primera vez y posiblemente no sea la última. Según el Diccionario de la Lengua, “difamar” significa: desacreditar a alguien, de palabra o por escrito, publicando cosas contra su buena fama. Y “calumniar”: atribuir falsa y maliciosamente a alguno, palabras, actos o intenciones deshonrosas.
Todo el artículo al que me refiero es difamatorio, basta leerlo para darse cuenta. Pero además de graves errores de información, que demuestran el poco profesionalismo con que actúan, contiene afirmaciones calumniosas.
Se afirma que fui visitador de la salita de Montesinos. Falso, nunca estuve en la famosa salita. Se afirma que durante el juicio a Fujimori defendí la tesis de que era inocente de los cargos de violación a los DDHH. Falso, no intervine durante el juicio. Pero defenderé siempre, conforme justamente a los DDHH y al texto constitucional, que toda persona es inocente mientras no se demuestre –ojo demuestre, no suponga- su culpabilidad. Se burla de mi declaración “no tengo ninguna cualidad especial para ser ministro y menos ministro de defensa”. Sigo pensando lo mismo. Eso no significa que no tenga alguna capacidad. Nunca quise el cargo, es más, hice lo posible para evitarlo. Pero no voy a abandonarlo por cobardía o comodidad. Algo debo de estar haciendo bien para que el Presidente me mantenga, los militares me apoyen y a los del IDL les moleste. Se burlan también de mi afirmación: “la única forma de evitar bajas (en las fuerzas del orden) es retirarnos del VRAE”, omitiendo lo que seguía: “soy el primero que las lamenta, pero retirarlas sería irresponsable”. El razonamiento lógico no es el fuerte del IDL y cualquier manipulación es válida para burlarse del que no les simpatiza, inclusive aparentar preocupación por militares y policías a quienes, sin embargo, el IDL denuncia y persigue con saña.
Se afirma que mi padre trabajó en el diario La Prensa. Falso, nunca lo hizo. Se afirma que inicié mi vida política integrando el SODE. Falso, nunca he pertenecido al SODE ni integrado sus listas. Se afirma que fundé Renovación junto con José Barba. Falso, Barba es mi amigo pero nunca ha pertenecido a Renovación. Se afirma que decidí apoyar solapadamente el golpe de Fujimori. Falso, nunca apoyé el golpe y nunca actúo solapadamente. Cuando digo o actúo lo hago con convicción y sin complejos. Nunca apoyé el golpe. Nadie podrá encontrar, porque no existe, alguna declaración mía haciéndolo. Al contrario, siempre condené el golpe. Lo que hice fue oponerme -y lo volvería a hacer- a secundar el corte de la ayuda económica internacional que algunos pedían, porque las consecuencias hubiesen sido desastrosas para el pueblo que no tenía la culpa de la ruptura del orden constitucional.
Se afirma que de las filas de Renovación salió José Luna Vargas que fue desaforado del Congreso por supuestos vínculos con Montesinos. Falso. Luna Vargas nunca ha sido de Renovación. El fue candidato de UN, por Solidaridad Nacional a pesar de mi oposición. Justamente, tanto su participación como la de Elsa Canchaya, Horacio Cánepa y otros del PPC y SN fue el motivo del retiro de Renovación de la alianza UN y no, como falsamente afirma el IDEELE, por oponerme a las investigaciones de corrupción o por deslealtad a Lourdes. Al contrario, formé parte de la comisión investigadora designada para el efecto, como el propio artículo menciona después. En su afán de difamar y calumniar el IDEELE no sólo no se informa sino tergiversa y se contradice.
Se afirma que me opongo a los Derechos Humanos (DDHH). Nada más falso. Defiendo todos los DDHH y los de todas las personas. A lo que me opongo es a la defensa “selectiva” de algunos DDHH y sólo para algunas personas, como hacen los del IDEELE y otros. No sólo los terroristas tienen DDHH, también los tienen los policías, los militares, los civiles, las víctimas del terrorismo y, por supuesto, los niños por nacer que son los humanos más indefensos e inocentes que puedan existir y a quienes al IDEELE parece no importarles.
Se afirma que en la comisión investigadora de casos de corrupción “torpedeaba” a los que investigaba, que firmé con reservas varios dictámenes y que omití firmar otros. Qué fácil es difamar. Preguntar, averiguar, escuchar, indagar y concluir distinto a otros, no es torpedear. Es investigar con imparcialidad, sin miedo de discrepar con otros miembros que sólo iban a convalidar sus prejuicios y a acusar por venganza y odio manifiesto, o a absolver por simpatía o amistad. Por eso firmé muchas veces con reservas sobre muchas “conclusiones” que en realidad sólo eran suposiciones. Lo que no dice IDEELE es que también presenté decenas de informes en minoría y que por eso no firmé los dictámenes “en mayoría”. Cuando firmo o voto algo, hago lo que en conciencia creo que es mi deber, sin que me importe la gritería de los “políticamente correctos”. Por eso durante mis 16 años en el Congreso he defendido lo que me parecía correcto. Por eso defendí a Luis Gonzales Posada y a Javier Tantalean acusados injustamente por Fernando Olivera y los fujimoristas. Por eso defendí a Fernando Rospigliosi y voté contra su interpelación y censura promovida por el APRA y UN. Por eso defendí a Martha Chávez y a Luz Salgado acusadas injustamente y el Poder Judicial me dio finalmente la razón. Por eso, durante el gobierno de Fujimori, voté en contra de la Ley de Re-reeleción, en contra de la destitución de los magistrados del TC, en contra de la Ley Cantuta, en contra de la Ley Antirreferendo. Por eso me opuse a su política de control natal y de esterilizaciones. Pero por eso, también voté a favor y apoyé -no me arrepiento- muchas iniciativas positivas que su gobierno tomó y que le han hecho un gran bien al Perú. Nunca he caído en el complejo de algunos de negar hoy lo que ayer aplaudieron. Por eso denuncié y demostré que Toledo había inscrito fraudulentamente su partido montando una fábrica de firmas pero, en cambio, apoyé y voté a favor de decisiones correctas que tuvo su gobierno que, en cambio, no apoyaron sus propios congresistas. Por eso, también, a pesar de mis discrepancias con él, visité en la cárcel a Yehude Simon, e intercedí ante Fujimori y Paniagua para que lo indultara y escribí, nada menos que en la propia revista del IDEELE, un artículo solicitando su indulto. Por eso -para escándalo de algunos, que no entienden de tolerancia ni de solidaridad- visité a Agustín Mantilla cuando fue operado del corazón, etc.
Se afirma que critiqué a Toledo por no reconocer a su hija Zaraí pero que hice mutis con el hijo menor del Presidente García. Hasta a esa bajeza, de comprometer y nombrar a un menor, recurre el IDEELE con tal de difamar, a pesar de saber la grandísima diferencia. Y sugiriere que mi silencio respondió a influencias del poder. Nada más falso, bajo y miserable.
Se afirma, como hizo calumniosamente Nelson Manrique –que ha sido judicialmente condenado por difamación agravada, en las tres instancias del Poder Judicial, en la querella que le presenté- que a Renovación Nacional (RN) se le acusó de “haber falsificado más firmas que Perú Posible porque del medio millón que presentó 479,000 resultaron falsificadas”. Lo falso, en todos los sentidos, es lo que afirma el IDEELE. La verdad es la siguiente: RN presentó más de 2 millones 300 mil firmas y no medio millón. De ellas, fueron declaradas “inválidas” –lo que es muy distinto de “falsas” o “falsificadas”- más de un millón. Y la razón que dio la ONPE para declararlas inválidas fue que ya estaban asignadas a otro partido. Evidentemente, como la fábrica de firmas de Toledo ya había conseguido validar con fraude muchas de esas firmas para su partido en 1997, cuando en 1998 y 1999 RN presentó las firmas reales de esos ciudadanos la ONPE las declaró inválidas. Reto a quien lo desee, a revisar cada una de las firmas declaradas válidas para la inscripción de RN y de Perú Posible. Se comprobará que todas las de RN son verdaderas y que más del 93% de las de PP son “fabricadas”.
Se afirma que me nombraron embajador ante El Vaticano. Falso. Fui nombrado embajador ante el gobierno de Italia. Ni siquiera ese dato es correcto. El IDEELE, ya se ve, está muy mal informado y ni siquiera se toma el trabajo de verificar algo tan fácil y reciente. Se afirma que no dude en aceptar el ministerio de Defensa. Falso. Puedo demostrar que me resistí por todos los medios posibles.
Se afirma, mintiendo increíblemente, que como candidato al Parlamento Andino no sabía que países eran miembros de la Comunidad Andina y que supuse que Brasil lo era. Si eso fuera verdad, el ridículo que habría protagonizado hubiese sido aprovechado por la prensa con tal escándalo que no habría sido elegido y menos con la altísima votación que alcancé para disgusto del IDEELE y sus “amigos”. Qué bien cuadra el dicho: “el ladrón cree que todos son de su condición”. Parece que el ignorante también.